EL SUEÑO DELIBERADO Y LA PURIFICACION DEL ESPIRITU

Los ancianos y Wang Liping ven los sueños de manera diferente de como los perciben las personas comunes. Para decirlo sencillamente, en el nivel de <personas, acontecimientos y cosas>, los sueños tienen forma pero no sustancia, sin embargo, en el nivel de <cielo, Tierra y humanidad>, los sueños tienen tanto forma como sustancia. En este nivel, los sueños de la gente son más bien activos que pasivos: realizan tareas en los sueños. Para alcanzar este nivel se hace necesario someterse a un entrenamiento especial, así como haber alcanzado un gran desarrollo en lo que respecta al trabajo interior. Esto implica un entrenamiento especial en vitalidad, energía y espíritu.

Comenzaron por explicarle que el espíritu está dividido en dos clases; la gente posee un espíritu yin y otro yang. El primero corresponde al alma inferior, y el segundo al alma superior.

De modo que ¿Cómo se sueña deliberadamente en el nivel de <cielo, Tierra y humanidad>? Existen dos clases de sueños. Uno opera dentro del cuerpo; esta clase es, formalmente, la misma que el tipo de sueño de una persona común, pero se diferencia en que uno puede controlar el contenido del sueño. Por ejemplo, uno propone un tema específico, algún asunto sobre el cual desea pensar, o bien se plantea una pregunta para la que se busca respuesta; luego uno se va a dormir y la respuesta a la pregunta se le presenta en el sueño. La otra clase de sueño no es realmente tal cosa, sino se haya, en realidad, más allá de lo que la gente común denomina sueños. Se trata del espíritu yang, el <viaje externo> del espíritu yang.

Es importante señalar que conseguir que los espíritus yin y yang atraviesen una abertura y viajen al exterior denota en si un logro sumamente avanzado.

¿Cómo se realiza esta segunda modalidad de sueño? El maestro Wang Liping explica que los magos le enseñaron que debía tomar la vitalidad, la energía y el espíritu y hacer que cada uno de ellos, por separado, actuara de <director>.

Mediante usos diferentes de estos tres principios, es posible manifestar o no manifestar la forma; en esto radica “el arte de reproducir el cuerpo”. La manifestación de la forma se denomina el “arte de reproducir el cuerpo” y puede ser llevada a cabo incluso sin soñar. La no manifestación de la forma también puede ser realizada cuando no se está soñando. En el sueño, sin embargo, es mayormente el espíritu yin y no el yang, el que se proyecta.

Cuando se realiza esta segunda clase de sueños, proyectando el espíritu para que opere a través del tiempo y del espacio, los sueños poseen tanto forma como sustancia; no hay nada vacío o ilusorio en ellos.

El espíritu yin es como un niño: primero es alimentado y desarrollado lentamente dentro del abdomen; seguidamente transferido a la cámara nirvánica en el cerebro. Una vez que ha crecido y esta fuerte, se le puede enseñar a andar, y permitirle que se mueva gradualmente. Cuando se practica inicialmente la proyección del espíritu, se le permite actuar en la vecindad inmediata, y se le hace regresar muy rápidamente. Después de un prolongado entrenamiento cuando el espíritu yin se ha vuelto poderoso y puede entrar y salir libremente, entonces se le puede permitir viajar un poco más lejos y puede ser proyectado varias veces al día. Debido a que se trata del viaje de la vitalidad, la energía y el espíritu, una vez esta capacidad se haya desarrollado, viajara tan rápidamente como la velocidad del pensamiento mismo.”

La Puerta del Dragón. Relato de la iniciación de un maestro taoísta contemporáneo. Chen Kaiguo y Zheng Shunchao.
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