PRACTICAR LA ESENCIA DE LOS SUEÑOS

La explicación de cómo practicar la esencia de los sueños tiene dos divisiones. Éstas son, primero, la explicación de los métodos para aplicar los puntos esenciales de los sueños y segundo la explicación de los puntos esenciales sobre cómo desarrollar acciones dentro de los sueños.

En cuanto al método de aplicación, todavía existen tres divisiones o subdivisiones esenciales. La primera es examinar los sueños, la segunda controlarlos y la tercera diferenciar y conocer el pagchag, las huellas kármicas. Como preparación al examen de los sueños, es aconsejable relajar el cuerpo, por ejemplo, por medio de baños y masaje cada noche antes de acostarse. Uno debe tomar la determinación de progresar en el camino hacia la completa consciencia y lucidez en los sueños y nunca ser distraído ni apartado de este punto de intención principal: “voy a hacerme consciente de mis sueños“.

Se puede utilizar una de las posiciones mencionadas previamente para facilitar esta práctica. Así, el practicante se tiende sobre su costado, el lado derecho tiene que ver con la claridad y el izquierdo con la vacuidad para los hombres mientras que para las mujeres es a la inversa. Hay que cerrar la fosa nasal correspondiente con un dedo de la mano que permanece debajo de la mejilla. Puesto que el lado izquierdo es el que dirige o permite que opere el vacío y el lado derecho ayuda a que opere la claridad, es preferible inicialmente que los hombres se tumben sobre su costado izquierdo promoviendo así la claridad, haciendo que el lado derecho permanezca sin obstáculos, y viceversa para las mujeres. Más tarde, a medida que la práctica adquiera estabilidad, la posición no tendrá importancia.

Si no hay claridad, y no se ha tenido ningún sueño es que hay un problema; el sueño es demasiado profundo. En este caso, uno debe elevar la cama o la almohada o dormir con una luz encendida o con una ventana abierta. También se puede intentar utilizar menos coberturas en la cama, permitir que entre más aire en el dormitorio o dormir en un lugar más abierto. Si a pesar de ello los sueños aún no aparecen se puede experimentar durmiendo de cualquier forma que uno encuentre confortable tanto si es sobre el costado derecho como el izquierdo.

No obstante, si los sueños todavía no son claros hay que visualizar un thigle blanco creciente resplandeciente localizado en el tercer ojo, en la frente. Si todavía no aparece nada, visualizar la sílaba semilla blanca con una radiación aumentando su brillo cada noche. Gradualmente, concentrando la mente de esta forma, cualquier sueño que surja será claro.

Si a causa de esta concentración, resulta difícil dormirse, entonces hay que visualizar un thigle rojo, o la letra A roja en la garganta. Si esto resulta difícil una bola roja será suficiente. Si todavía no recuerdas los sueños visualiza la letra o la semilla roja aumentando de luminosidad sucesivamente cada noche.

Habiendo examinado los sueños de esta forma, podemos ahora empezar a controlarlos. Si nuestros sueños son claros pero no permanecemos lúcidos en el estado del sueño, con gran determinación hay que entrenar la mente pensando en que todas “las percepciones del día son un sueño”. Continuamente recuerda que todo lo que ves y todo lo que haces no es más que un sueño. Al ver todo lo que haces durante el día como si fuera un sueño, los sueños y la consciencia se mezclan completamente. Si te concentras suficiente durante el día imaginando que estás viviendo en un sueño, entonces durante la noche el mismo sueño parecerá menos real. El sujeto que experimenta el sueño es la mente. Teniendo el pensamiento de que todo es un sueño, empiezas a disolver este “sujeto”. En otras palabras, la mente empieza a disolverse de forma natural.

Expresándolo de otra manera, cuando el objeto o la visión se disuelve, la acción retorna hacia el sujeto causando su disolución completa. Así, tanto la visión como el sueño ya no existen más.

Se descubre que el sujeto no es concreto y la visión sólo es un “reflejo”. Así, uno se hace consciente de la verdadera naturaleza de ambas. La visión creada por el karma y el “rastro” psíquico o impresión de fondo, es el origen de todas las ilusiones. Si surge la conciencia auténtica de la realidad ilusoria, se llega a la desaparición de la “realidad sólida”. Llegar a esta realización significa tener la comprensión verdadera del estado de vigilia y del estado de los sueños.

 Extraido del libro El Yoga del sueño de Chögyal Namkhai  Norbu

 

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