EL ARTE DEL ACECHO.

El arte de acechar, como el arte de ensoñar constituyen los primeros caminos hacia la “libertad” de los seres.

El arte de acechar es aprender todas las peculiaridades de tu disfraz, y aprenderlas tan bien que nadie sepa que estás disfrazado.

Para conseguirlo, necesitas ser despiadado, astuto, paciente y dulce. Ser despiadado no significa aspereza, la astucia no significa crueldad, ser paciente no significa negligencia, y ser dulce no significa estupidez. Los guerreros actúan con un propósito ulterior, que no tiene nada que ver con el provecho personal. El hombre corriente actúa sólo si hay posibilidad de ganancia. Los guerreros no actúan por ganancia, sino por el espíritu.

 La Rueda del Tiempo de Carlos Castaneda

 “-Espero que para estas alturas te hayas dado cuenta -continuó Florinda- de que sólo un maestro acechador puede ser un maestro del desatino controlado.

El desatino controlado no significa embaucar a la gente. Significa, como me lo explicó mi benefactor, que los guerreros aplican los siete principios básicos del arte de acechar en cualquier cosa que hacen, desde los actos más triviales hasta las situaciones de vida o muerte.”

Aplicar los principios produce tres resultados

1- los acechadores aprenden a nunca tomarse en serio: aprenden a reirse de sí mismos. Puesto que no tienen miedo de hacer el papel de tontos, pueden hacer tonto a cualquiera.

 2- los acechadores aprenden a tener una paciencia sin fin. Los acechadores nunca tiene prisa, nunca se irritan.

 3- los acechadores aprenden a tener la capacidad infinita para improvisar.

Preceptos

– El primer precepto de la regla es que todo lo que nos rodea es un misterio insondable

 – El segundo precepto de la regla es que debemos tratar de descifrar esos misterios, pero sin tener la menor esperanza de lograrlo

 – El tercer precepto es que un guerrero, consciente del insondable misterio que lo rodea y consciente de su deber de tratar de descifrarlo, toma su legítimo lugar entre los misterios y él mismo se considera uno de ellos. Por consiguiente, para un guerrero el misterio de ser no tiene fin, aunque ser signifique ser una piedra o una hormiga o uno mismo. Esa es la humildad del guerrero. Uno es igual a todo.

“…Me aseguró que una recapitulación perfecta podía cambiar la vida del guerrero aún más que el control total del “cuerpo de ensueño”. En este aspecto, ensoñar y acechar, conducen al mismo fin: el ingreso en la tercera atención. Sin embargo, para un guerrero era importante conocer y practicar ambos.”

 “Florinda me explicó que el elemento clave al recapitular era la respiración.”

 “A no ser que los acechadores no hayan pasado por estos preliminares a fin de recobrar los filamentos que dejaron en el mundo, y particularmente a fin de descartar aquellos que otros seres luminosos dejaron en ellos, no hay posibilidad de manejar el desatino controlado.”

“Florinda mantenía que para practicar el desatino controlado, puesto que no está hecho para engañar a la gente, uno tiene que ser capaz de reírse de sí mismo.

 Florinda me dijo que uno de los resultados de  la recapitulación detallada es la capacidad para estallar en risa genuina cuando uno se encuentra cara a cara con las aburridas repeticiones que el yo personal hace acerca de su importancia.”

 “…Su benefactor estaba convencido de que una recapitulación profunda es el medio más expedito para perder la forma humana. De ahí que les es más fácil a los acechadores, después de recapitular sus vidas, hacer uso de todos los no-haceres del yo personal, como son borrar la historia personal, perder la importancia en uno mismo, romper las rutinas…”

“…Los guerreros no tienen al mundo para que los proteja, como lo tienen otras personas, así es que tienen que tener la regla… Sin embargo, la regla de los acechadores se aplica a cualquiera.”

 “Somos guerreros, y los guerreros tienen una sola cosa en mente: ser libres. Morir y ser devorado por el Águila es el destino del hombre. Por otra parte, querer salirnos de nuestro destino, querer entrar serenos y desprendidos a la libertad, es la audacia final.”

Sacado de El don del Águila de Carlos Castaneda
1 comentario
  1. martin c rojas
    martin c rojas Dice:

    me he propuesto recapitular por cuatro meses; todas las noches llevo mes y medio y experimento que; la importancia personal, historia personal, estan desapareciendo, e incrementando la velocidad del acecho

    Responder

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