EL REGALO DE ENSOÑAR.

“La mayoría de las tradiciones se niegan a permitir el desarrollo de los poderes psíquicos por el riesgo de personalismo y confusión egótica que conllevan, pero el ensueño no es un poder sino el reflejo natural de la conciencia nocturna, del despertar en sueño. Tan solo los seguidores de los grandes poetas místicos Kabir, Nanak y los suyos (o los danzantes giradores de Sams de Tabriz y de Rumi) pueden disfrutar en su religión de una descripción precisa de los diferentes mundos del alma y del espíritu.

En el chamanismo la búsqueda de sentido nos empuja a penetrar en nuevos estados de conciencia, lo que a su vez ayuda a romper las rutinas y a disolver la importancia personal. El cuerpo luminoso (y su contrapartida el cuerpo de ensueño), se convierten en el eje alrededor del cual ha de girar nuestra búsqueda en la vía del guerrero.

La exploración del ensueño exige una actitud de ligereza, confianza y alegría que es la mejor barrera de defensa contra cualquier desarmonía posible. Y es esa misma actitud la que facilita la aventura porque con ella es como mejor funcionan las energías del cuerpo de ensueño, convirtiendo tu vida en una celebración interna y una plenitud desbordante.

El Intento es esencial dentro del ensueño ya que si nuestras células no asumen que hemos decidido definitivamente volvernos un ensoñador, el ego boicoteará todos nuestros esfuerzos para lograrlo. Por eso el compromiso debe concretarse en un esfuerzo preciso por atravesar las barreras iniciales para entrar en el mundo del ensueño y ha de surgir del corazón más que de un interés intelectual o un ansia de poderes paranormales.”

Extracto del libro, Los exploradores del crepúsculo, de Emilio Fiel (Miyo).

1 comentario
  1. Ganesh
    Ganesh Dice:

    Una vez tuve la oportunidad de hacer un curso en donde una de las actividades eran las danzas sufis (girar, girar…). Al principio parece que puedes marearte, pero no es así. Es como tener una extraña sensación de atracción a esa velocidad en el giro. Me llego a parecer que lo hacía rápido, cuando de repente, perdí la visión del giro, se veía todo blanco. Por un momento tuve la sensación de que era como un sueño, por que si giraba más podía ver alguna imagen, más no tuve la oportunidad de ver que pasaba si giraba más, puesto que el ejercicio se termino. LA sensación posterior al ejercicio fue de bienestar. Una muy buena experiencia.
    Saludos

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