QUE HACEMOS CON NUESTRAS HORAS DE SUEÑO.
Es posible que alguno se haya hecho en algún momento esta pregunta cuando era niño y todavía siga haciéndosela…, os dejo con el señor Fusi y el Sabio por si habéis llegado por casualidad a este blog y os ayudan a animaros a comenzar el camino del sueño lucido y la ensoñación.
-“En cuanto estima usted, señor Fusi, la duración de su vida.
Bueno tartamudeo el señor Fusi, trastornado, espero llegar a los setenta u ochenta años.
-Está bien prosiguió el hombre gris, por precaución contaremos con setenta años. Esto sería, pues, trescientos quince millones trescientos sesenta mil por siete. Lo que da dos mil doscientos siete millones quinientos veinte mil segundos.
Y escribió esa cifra con grandes números en el espejo: 2 207 520 000 segundos.
-Después la subrayo varias veces y declaro: Esta es, pues, señor Fusi, la fortuna de que dispone.
El señor Fusi tragó saliva y se pasó la mano por la frente. La cifra le daba mareos. Nunca había pensado que fuera tan rico.
-Sí dijo el agente, asintiendo con la cabeza, mientras volvía a aspirar su pequeño cigarro gris, es una cifra impresionante, ¿verdad? Pero todavía hemos de continuar. ¿Cuántos años tiene usted, señor Fusi?
Cuarenta y dos, farfulló este, mientras de repente se sentía tan culpable como si hubiera cometido un desfalco.
-¿Cuántas horas suele dormir, de promedio, cada noche? Siguió el hombre gris.
Unas ocho horas, confeso el señor Fusi.
El agente calculo a la velocidad del rayo. El lápiz volaba con tal rapidez sobre el espejo, que al señor Fusi se le erizaba el cabello.
-Cuarenta y dos años, ocho horas diarias, eso da cuatrocientos cuarenta y un millones quinientos cuatro mil. Esa suma podemos darla ya por perdida…”
Extracto del libro Momo de Michael Ende. (La extraña historia de los ladrones del tiempo y de la niña que devolvió el tiempo a los hombres)
” El sabio respondió: No sabías quién eras antes de nacer, a pesar de lo cual quieres saber cuál será tu suerte después de morir. ¿Acaso sabes lo que eres ahora?
Nacimiento y renacimiento pertenecen al dominio de lo físico. Te identificas con tu cuerpo. Es una identificación falsa. Crees que tu cuerpo ha nacido para luego morir. Confundes valores de órdenes distintos. Conoce tu “Yo” real y estas dudas no se te presentarán.
Nacimiento y renacimiento no tienen otro objeto que obligar a reflexionar y descubrir que en realidad no existen ni el nacimiento ni el renacimiento. Se trata de fenómenos corporales que nada tienen que ver con el Yo. Conoce, pues, el Yo y la duda no te azotará.”
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!