LA VISIÓN DE CABALLO LOCO.

Caballo loco fue un gran jefe Oglala, una de las tribus sioux.

El primer nombre que recibió de su padre fue Rizado. El nombre de los indios variaba a lo largo de su vida a medida que su portador trazaba el camino que lo definía como persona. A los indios les parecía inconcebible que alguien tuviera que mantener la identidad, un nombre, una personalidad fija, con independencia de los profundos cambios que se producen a lo largo de la existencia.

(…) El nombre de Rizado se debía a que nació con un poco común cabello rizado, y se lo puso su padre, un hombre santo, con fama de tranquilo y modesto, nada proclive a los alardes por muchos éxitos que tuviera en la caza o expediciones guerreras(…).

A los 13 años, como muchos otros jóvenes, el chico quiso buscar su visión. Pero no solicitó ayuda de un wicasa wakan, (como era preceptivo) no se preparó, e hizo la experiencia solo.(…)Se instaló bajo un álamo, el árbol sagrado que los sioux utilizan como poste para la danza del sol. Ayunó durante dos días y, para mantenerse despierto, se sentó sobre piedras puntiagudas, sin que viniera ninguna visión.

Desalentado y temiendo haber transgredido seriamente las normas con su audacia, el futuro Caballo Loco se puso en camino para recoger su caballo. De pronto sintió que la tierra temblaba y que una enorme presión se apoderaba de su vientre. ¿Soñaba?. Tuvo la sensación de que flotaba, y vio como su caballo se acercaba libre de las ataduras que él mismo había hecho, acompañado por otro caballo montado por un guerrero. El caballo y su montura cambiaban de color constantemente y volaban. El guerrero sólo vestía taparrabos, polainas azules y camisa blanca, no llevaba pintura en la cara y sólo una pluma en el cabello. Detrás de su oreja llevaba una piedra marrón atada.

No hubo palabras, pero Caballo Loco entendió lo que el jinete le decía: que nunca llevara penachos de guerra, ni atase la cola del caballo(…) Que antes de entrar en combate se embadurnase de polvo cuerpo y cabellos, pues así estaría a salvo de las balas; y que con el polvo trazara líneas en su caballo, pero que nunca lo pintara. Le dijo que jamás, fueran cual fueran las victorias, debía tomar nada para él.

Mientras le transmitía todo esto, jinete y guerrero esquivaban ataques espectrales. Como burbujas en el aire, las flechas y balas desaparecían antes de alcanzarles. Aun así cayeron a veces en el suelo, inexplicablemente tumbados por gente de su pueblo, que ,surgiendo por doquier, asían al guerrero de brazos y piernas. Sin embargo logró zafarse y escapar al galope.

 En ese momento estalló una terrible tormenta: un rayo cruzó el cielo de parte a parte, reflejándose en el torso desnudo de Rizado como si fuera un espejo. Y comenzó a granizar.

(…) A Caballo Loco esta visión le pareció absurda y estrafalaria. No era lo que él esperaba. Así que decidió mantener el ayuno un día más para ver si comprendía mejor o se lo aclaraban más. Pero se durmió y cuando despertó fue a ver a su gente, que le miraban con cara de pocos amigos. No solo había desaparecido durante tres días sin decir nada a nadie, sino que además había osado buscar la visión sin los consejos de algún wicasa wakan.

El joven Rizado se sintió tan triste y humillado que no contó a nadie su visión. Lo haría dos años más tarde, confesándoselo a su padre

(…) Su padre, hombre santo , curandero e intérprete de sueños, le introdujo en la tradición de los “soñadores de tormentas”. Le dijo a su hijo: “La fuerza del brazo y del corazón más sabio no bastan. El ser humano debe tener la ayuda de una gran visión que le guíe recto, como la cuerda del arco lanza la flecha; que reúna en sí todos los poderes que están en su pueblo.”

(…) Le dijo que debía seguir la visión, convirtiéndose en el guerrero de su sueño, siguiendo sus instrucciones y vistiendo como él. Su misión sería guiar a su pueblo, pero no debería tomar nada para sí.(…)Los seres sobrenaturales, los taku wakan, habían ordenado que Rizado fuera un jinete.

Trece años después, Rizado y su partida cayeron en una emboscada Arapahoe. Rizado cargó contra ellos solo (…)Su vision de poder le protegió de las balas enemigas. Como en la visión, cabalgaba, hería y daba golpes, pero nadie podía rozarle a él. Al día siguiente su padre le cambió el nombre por Caballo Loco.

Extracto del libro “Buscando la visión. Relatos de iniciación de los indios norteamericanos”  
2 comentarios
  1. ana lopez
    ana lopez Dice:

    sakura, he llegado a este sitio web por una “casualidad” digamos. solo qierto relatar que hace aprox 10 años, estuve muy enferma por 11 dias en el hospital dando mi familia casi por sentado que podria no salir de esa situacion. al diagnosticarme y mejorarme regrese a mi casa a reposar, el mismo dia que regresé me dormí en mi cama y al despertar (aún no sé si estaba totalmente despierta ó talvez no…) en la pared de mi habitacion tenia la vision de dos indios con plumas en sus cabezas, como los nativos americanos, uno mayor parado y uno jovencito montado en un caballo, el mayor le decia, ya podemos irnos ya se encuentra bien. y yo me despedia de ellos con la mano, no senti absolutamente ningun temor, es más me senti como reconfortada y tranquila. luego de eso busque en internet, siempre me recuerdo de esa experiencia y recién encuentro este sitio. será que tiene alguna relación? gracias por los comentarios

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    • Sakura
      Sakura Dice:

      Hola Ana, parece claro que esas personas que viste son guias tuyos. De alguna manera tienes vinculo con alguna etnia indigena americana.
      Puedes volverlos a llamar en el sueño y preguntarle directamente a ellos, primero el nombre, luego el vinculo que tienes con ellos. Estan ahí para ayudarte en lo que necesites.
      Para saber como conectar con ellos tienes que darte una orden antes de dormir. En la etiqueta PASOS de este blog puedes orientarte para saber como hacerlo.
      Magnifica experiencia.
      Muchas gracias por compartirla con nosotros.

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