SOBRE EL PRANA Y LA MUERTE

Concentrándote sobre la esencia misma de la respiración antes de dormirte, controlarás todos tus sueños e incluso la muerte.
Primero has de sentir el prana, lo inmaterial de la respiración, bien sea a través de la concentración en el entrecejo, de la atención sobre la pausa respiratoria o incluso siendo consciente de tu centro vital en el ombligo. Cuando los yogis que están siempre en contacto con el prana, y lo sienten fácilmente nada más concentrarse en él, sienten que el proceso se invierte es que llega la muerte. Esto sucede unos seis meses antes de morir, el prana empieza a salir del cuerpo y la vida se disuelve en el medio ambiente.
Normalmente la inspiración está llena de
prana y la expulsión está vacía. Justo antes de dormirte toma consciencia del lado inmaterial  e invisible de la respiración, hasta que sientas que el prana llega al corazón y de ahí inunda todo tu cuerpo. Deja que el sueño te abrace mientras estás en contacto con el aliento invisible.

Por la fijación de los ojos en ajña crees que los sueños son la realidad, pero con esta práctica puedes crear tus propios sueños, en vez de sufrirlos pasivamente. Y lo importante es comprender que una vez que te has convertido en maestro de los sueños no es necesario soñar por más tiempo, se vuelve absurdo.

 Y cuando el soñar cesa, el sueño tiene la misma calidad de la muerte, ya que la muerte no es más que un profundo sueño. Cuando experimentes el sueño sin sueños, no conocerás más el temor a la muerte.

En realidad nadie puede morir, es la única cosa imposible, porque el universo es la vida. Renacerás pero en un sueño tan profundo que habrás olvidado tu anterior identidad.  Sólo un maestro del sueño voluntario puede dirigir y gobernar su propia muerte, como si de un simple sueño se tratara.


YOEL.

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